23 diciembre 2009

Wushu




Wushu






Las artes marciales chinas, agrupadas bajo el término de Wushu, constituyen una joya de la cultura tradicional del país, donde se han practicado por miles de años, al punto de quedar profundamente insertadas en la memoria colectiva.
Historia de Wushu
La práctica del Wushu se ha transmitido de generación en generación y hoy destaca como deporte tradicional. El Wushu tiene ricas connotaciones culturales y se practica en diversas formas con el fin de fortalecer la salud, crear capacidad de autodefensa, competir, actuar, intercambiar técnicas, fomentar la amistad y cultivar los sentimientos. Es un arte que encanta a personas de los más diversos niveles culturales y que cada día tiene más seguidores en el extranjero.
El Wushu tuvo sus orígenes en la sociedad esclavista, entre los primitivos labriegos chinos, quienes desarrollaron su práctica partiendo de su diaria labor. Es decir, se inspiraron en actividades productivas que requerían del uso del hacha, e instrumentos pérforo-cortantes, a los que aplicaron técnicas de ataque y defensa primitivas, más el uso de las manos y los pies. En aquel entonces la sociedad se dividía en clanes, que con frecuencia entraban en guerras entre ellos. Se puede afirmar, sin temor a la exageración, que la historia del Wushu en China es la de la historia de su civilización.
Los primeros registros históricos en este sentido datan de la dinastía Xia (2070-1600 ane), momento en que el Wushu comienza a estandarizarse, tras adaptarse a las necesidades del combate real. Entonces, las artes marciales tenían dos ámbitos de desarrollo fundamentales, a saber, el ejército, en primer lugar, y las instituciones educativas, en segundo.En el período de la dinastía Shang y Zhou (1600-771 ane), los ejercicios de Wushu formaron parte de las rutinas de caza en el campo y de las “danzas militares” concebidas para entrenar a los soldados y elevar su moral. En la Zhou algunas escuelas elaboraron su currículum académico asimilando como parte del mismo el tiro con arco y las mencionadas danzas. Se afirma que en el período Zhou surgió una obra importante acerca de Wushu titulada Zhou Yi o Yi Jing.
Este libro contiene profundas reflexiones filosóficas sobre la positiva influencia del Wushu para la conservación de la salud. De tales reflexiones nacen la teoría Tai Ji y los cimientos del sistema del Wushu chino. Durante el período de la Primavera y Otoño (770—453 ane), diversos soberanos y príncipes subordinados al emperador comenzaron a competir entre ellos por las posiciones dominantes de la corte. Sumidos en constantes batallas, los rivales prestaron especial atención a las técnicas marciales. Ejemplo de ellos fue el rey Qihuan, quien presidió un “examen de guerreros” en la primavera y el otoño, para seleccionar a los héroes del país. Durante este período la producción de espadas y las técnicas de su uso se desarrollaron de una manera nunca antes vista.
Con el advenimiento de la sociedad feudal, se produjo un nuevo desarrollo del Wushu. A partir de las dinastías Qin y Han (221 ane-220), se popularizaron los combates con manos y espadas. Por otro lado, siguió desarrollándose la variante asociada a la danza, en especial a cargo de bailarines entrenados en artes marciales, que hacían demostraciones cuando los banquetes estaban en su mejor momento. Sus evoluciones constituían perfecta combinación de baile, diversión y ejercicio marcial. En cuanto a la técnica usada, ya se utilizaban similares métodos a los aplicados en la actualidad.
En la dinastía Tang (618-907) se inició el examen imperial militar, sistema que promovió el desarrollo del Wushu. A tal tenor, se conferían títulos honorarios a los soldados con especiales capacidades. A tal punto llegó el respeto por lo marcial, que la técnica de esgrima del general Pei Min fue reconocida, junto a los poemas de Li Bai y la caligrafía de Zhang Xu, como las tres maravillas de la dinastía Tang. El Wushu, había pasado por derecho propio al patrimonio cultural de la nación.
En el período de las dinastías Song y Yuan (960-1368) se pudieron en boga prácticas como la denominada la “casa de tácticas”, donde se enseñaba cómo combatir con espadas y lanzas, y la “casa del arco y la flecha”, donde se enseñaba el uso de esta arma. La prosperidad económica y comercial de entonces dio pie al nacimiento de los “artistas de la calle”, que vivían de las demostraciones que hacían ante los vecinos del lugar adonde llegaban.
En las dinastías Ming y Qing (1368-1911), se produjeron ingentes avances en el Wushu, al surgir numerosas escuelas y tipos de quan chino (boxeo), a saber, Changquan, Houquan y Shaolinquan, a la vez que se formaban algunos sistemas de Taijiquan, Xingyiquan y baguaquan, entre otros.
En tiempos modernos, el Wushu ha ido adoptando a las nuevas necesidades, en especial a la práctica deportiva, hasta ser la disciplina más importante del país. Al declararse la República de China, surgieron muchas organizaciones populares de boxeadores y guerreros. En 1927 se fundó en Nanjing la Casa Central de Wushu, y en 1936 el país envió un equipo de artes marciales a las Olimpiadas celebradas en Berlín, en calidad de demostración.
Tras la fundación de la República Popular China, el Wushu ha recibido nuevos impulsos. En 1956, la Asociación China de Wushu estableció sus sucursales y equipos en todo el país, permitiendo que su práctica llegara a las masas como nunca en la historia, lo cual contribuyó a desbrozar caminos para la prosperidad de este deporte. En 1985 en Xi’an se efectuó el primer torneo-invitación internacional de Wushu. Dicho encuentro sirvió para dejar establecida la comisión preparatoria de la Federación Internacional de Wushu, lo que constituyó un hito histórico en este sentido. En 1987, tuvo lugar en Yokohama, Japón, el primer campeonato de Wushu, símbolo de su incorporación de los Juegos Asiáticos. En 1990, el Wushu fue incluido oficialmente en los eventos de competición de los XI Juegos Asiáticos. En 1999, la Federación Internacional de Artes Marciales fue reconocida por el Comité Internacional Olímpico como miembro de su federación de eventos individuales, lo que significa que en un futuro cercano el Wushu podría situarse entre las justas olímpicas, lo que constituiría un merecido homenaje a esta práctica milenaria, tan enraizada en la cultura china.


Fotografia: Zhao Jie, atleta chino


Extraido de